Son
millones las personas en el mundo que optan por marcar su piel con algún tipo
de huellas: de amor, filosofía de vida, ideología, sentimientos y toda clase de
pensamientos para reflejarlos al exterior. Esto es posible gracias a los
tatuajes.
Nos
pueden gustar más o menos, pero no hay nada peor que un tatuaje con faltas de
ortografía. La culpa puede ser o bien de los que quieren hacerse el tatuaje,
por darle la frase o el texto mal escrito al tatuador, o por los propios
tatuadores, que al decirle el cliente lo que quiere, no saben escribir con
corrección.
En
el segundo caso, todas las personas que van a tatuarse llegan con ilusión de
grabarse aquella frase o texto con el que se identifican; sin embargo, se van
con la marca más vergonzosa de su vida. Algunos de los casos fueron recogidos
hasta por los medios de comunicación, ya que los clientes demandaron al
tatuador por negligencia y por ‘desgraciarles’ la vida.
Estos
son los casos que más giran por la red, que más llaman la atención o los más
“fuertes” o graves:
Uno
de los errores más graves en la ortografía española es no ponerle al verbo
“haber” la “h”. El hecho de escribirlo sin “h” está muy mal visto, y se asocia
a gente con pocos estudios o de un nivel sociolecto bajo.
Otro
error muy grave es el de confundir la “v” y la “b”. En este caso, se escribe
con “v” una palabra que es con “b”. Aunque en español “v” y “b” se pronuncian
igual (betacismo), en la ortografía tienen representaciones distintas.
Aquí
tenemos dos casos en los que encontramos fenómenos lingüísticos contarios. En
la primera imagen se sustituye la “s” por la “c” (ceceo); y en la segunda, la
“c” por la “s” (seseo). Además, en ninguna frase, aparece la acentuación por
ningún lado: “aprendi”, “deprecion” y “fasil” no están acentuadas.
No
solo encontramos erratas en personas anónimas, sino que los famosos (o los
tatuadores de los famosos) también cometen faltas y tienen su repercusión, más
que justificada, en las redes sociales. Por ejemplo, Kiko Rivera indigna Twitter
con la ortografía de su nuevo tatuaje.
No es el primero que se hace, ni el más original. Sin embargo, este
tatuaje ha sido el que más críticas ha
levantado. El hijo de Isabel
Pantoja ha estampado bajo su piel el siguiente texto [sic]: «Cuando
quieras emprender algo habra mucha gente que te dira que no lo hagas. Cuando
vean que no te pueden detener te diran como lo tienes que hacer. Y cuando
finalmente vean que lo has logrado... diran que siempre creyeron en ti», se lee
en su brazo, y añade: «Sigo luchando».
Al margen del contenido de la frase, en el párrafo se encuentran
hasta cinco faltas de ortografía –faltan cinco tildes – y se echan en falta
varias comas a lo largo de las frases. Twitter
se hizo eco de la noticia criticando
la poca corrección ortográfica del tatuaje–cuyo
tatuador es mencionado por Kiko Rivera a través del tuit con el que acompañó la foto –. Kiko no tardó en saltar [sic]:
«Los imbeciles en vez de fijarse en el significado se fijan en las tildes....
anda ya!!!!». Se echa de menos la tilde en «imbéciles» y un correcto uso de los
signos de puntuación.
Otro caso de famosos con faltas de ortografía es el de Ezequiel
Lavezzi, aunque es un caso de error y corrección.
Un póster gigante de Ezequiel Lavezzi dejó al descubierto una
falta de ortografía en uno de sus tatuajes. El diario deportivo “Olé” sacó una
foto del delantero para la platea femenina, que no deja de suspirar por los
trabajados músculos y tatuajes de “Pocho”. Pero, precisamente, esa imagen
permitió descubrir un error que ya fue reparado. “No es más rico quién más
tiene, sino quién menos necesita”, indica el texto sobre el bíceps derecho del
jugador de la Selección. Pero lo más sorprendente es que sobre la “C” de
“necesita” hay una corrección, ya que originalmente, como se ve en la imagen,
estaba escrito con “S”. Al menos, en este caso se tiene en cuenta el mal
prestigio social que tienen las faltas de ortografía, se ha corregido a tiempo
y queda bastante disimulado el error cometido al principio.
Una
red social es una forma de representar una estructura social, asignándole un
símbolo, si dos elementos del conjunto (tales como individuos u organizaciones)
están relacionados de acuerdo a algún criterio (relación profesional, amistad,
parentesco, etc.) entonces se construye una línea que conecta los nodos que
representan a dichos elementos. El tipo de conexión representable en una red social
es una relación de lazo interpersonal, que se puede interpretar como relaciones
de amistad, parentesco, laborales, entre otros.
Las
redes sociales actualmente forman parte de nuestras vidas, tanto de las vidas
de los jóvenes como la de los más mayores. Este fenómeno, que se ha apoderado
de nuestro día a día, parece ser una especie de fiebre que implica tener que
publicar “todo” o casi todo lo que hacemos, con quién lo hacemos, dónde lo
hacemos, etc. Al principio todos nos negábamos a exponer públicamente nuestras
vidas en una red social, pero ahora nos gusta, y cada vez necesitamos más,
porque nos encanta que a los demás les guste lo que publicamos, es divertido y
hasta te sube la autoestima y te sientes feliz.
Pero
esta entrada no ha sido creada para hablar de cómo las redes sociales forman
parte de nuestra cotidianidad, sino para hablar de los múltiples errores que
cometemos los usuarios de las mismas. Ningún día me he levantado sin mirar
antes Facebook, por ejemplo, y
tampoco me suelo levantar sin ver un error ortográfico en las publicaciones que
hace la gente en Facebook o Twitter.
Los
errores en las publicaciones en las redes sociales son frecuentísimos, ya que
hay que tener en cuenta la multitud de gente que las utiliza, y que puede que
no tenga ningún nivel o un nivel bajo de estudios. También los hay con estudios
y que también cometen errores por dudas, hipercorrección o ultracorrección,
relacionados con la competencia lingüística del hablante.
Entre
los errores más frecuentes destacamos los siguientes:
El
verbo haber escrito sin h o con v. La gente suele prescindir de la h en este verbo. También suelen escribir el verbo haber queriendo decir a ver. Aquí podemos observar un ejemplo
de un usuario de Twitter, que escribe
el verbo haber sin h, ha ido por a ido:
Se
producen errores frecuentes como el cambio de la b por la v, ya que su
pronunciación es prácticamente igual y solemos confundirlas. Este error suele
producirse por la falta de práctica que tiene la mayoría de la gente de no
escribir frecuentemente ni leer. La lectura y escritura son aspectos muy
importantes para el aprendizaje del correcto saber ortográfico de las palabras.
En este caso, por ejemplo, encontramos el error de un usuario en Twitter que publica “lavios” cuando en
realidad es labios:
Otro
error que cometemos muy a menudo es escribir “ai” en vez de ahí, refiriéndonos a un lugar que se
encuentra muy cercano a nosotros; o “ay” y “ai” en lugar de hay, del verbo haber; o la interjección ¡ay! confundiéndola con “hay” del verbo
haber o “ahí” que es un determinante que indica lugar. Y es que la mayoría de
la gente no tiene seguridad a la hora de escribir. Esto hace que no sepan donde
tiene que ir la h en una palabra; o
si se ha de poner o no; es difícil saber qué palabras la llevan, ya que no se
pronuncia. Si no nos acostumbramos a escribir las palabras que llevan h, es complicado para la mayoría de
personas saberlo. Estos son algunos ejemplos:
Así
como es difícil poner la h en el
sitio correcto, también es frecuente poner la h donde no toca, aquí también están presentes la hipercorrección y
la ultracorrección. Aquí mostramos un ejemplo de un usuario de Facebook:
Gracias
al gran uso de la red y a las nuevas tecnologías, tenemos a nuestra disposición
el servicio online que ofrece la Real
Academia Española, a través del cual podemos consultar cualquier tipo de
duda ortográfica o de cualquier otro tipo en lo referente a las palabras.
También disponemos de la RAE en Twitter como usuario, para preguntar a
sus miembros directamente por las dudas que tenemos en la escritura, que
actualmente son muchas.
Sabiendo
esto, no tenemos excusa para no escribir correctamente en nuestras
publicaciones de las redes sociales, porque podemos consultar la RAE en cualquier momento y además está
al alcance de todos. Espero que esta información sirva para que toda la gente
reflexione sobre su correcta escritura, ya que es muy importante y dice mucho
de nosotros, además de “hacer daño a la vista” por ejemplo ver el verbo haber
sin h.
Estoy
segura, que como yo, muchos de nosotros vemos los abanicos como instrumentos
para facilitar la refrigeración durante los calurosos meses de verano;
instrumento reservado a mujeres y, sobre todo, adultas y mayores. Me imagino
que, pocos de nosotros, no nos hemos planteado nunca que estos instrumentos
puedan servir para comunicar un mensaje.
Este
instrumento era ya utilizado por los egipcios, tanto para hacer aire como para
espantar insectos. Esta costumbre la adoptaron los griegos y romanos. En China,
los abanicos tienen también una historia milenaria y mucha importancia en
hombres y mujeres.
En el
siglo VII un japonés inventa el abanico plegable que todos conocemos, pero no
llegará a Occidente hasta el siglo XV gracias a los intercambios comerciales.
Será en el siglo XVII cuando se extiende su uso en nuestro país. En este
momento, el abanico era utilizado por mujeres y hombres sin distinción.
La verdadera época de esplendor aconteció
durante los reinados de Luis XIV y Luis XV. Para cualquier gran señora de
aquellos tiempos, el abanico era el complemento indispensable a su vestuario.
En su fabricación se utilizaban materiales de lujo, desde piedras preciosas, oro
y metales preciosos, hasta telas italianas (consideradas las más lujosas del
mundo). Se pintaban acuarelas realizadas por los pintores más importantes del
momento y sus varillas se fabricaban con oro, plata, nácar, carey, marfil...
En Europa se fabricaban abanicos para todo tipo
de usos imaginables. Los había para los lutos, pintados en blanco, negro y
gris; de satén para las bodas. También se encontraban los impregnados en
perfume que al abanicarse desprendían su fragancia. Llegaron también a
fabricarse con pequeñas ventanitas o espejitos incrustados que permitían
observar sin ser observados. Por supuesto en Venecia ya se usaban los abanicos
careta para asistir a los bailes de máscaras y carnavales.
Los abanicos desempeñaban un papel
muy importante: "el lenguaje del abanico", que ya en los tiempos de
los Tudor se desarrolló en Inglaterra y se hizo especialmente popular entre las
mujeres victorianas de clase media-alta.
Como ya hemos avanzando, el abanico
tenía su propio lenguaje. Con ellos se hacían confidencias y también era
posible utilizarlos para dar ánimos a un pretendiente tímido.
Una frase del escritor inglés del
siglo XVI, Joseph Addison, ha llamado mucho la atención porque refleja la
importancia de estos instrumentos en un momento determinado: «Los hombres tienen las espadas, las
mujeres el abanico, y el abanico es, probablemente, un arma igual de eficaz».
El abanico constituye un instrumento de comunicación ideal en un
momento en el que la libertad de expresión de las mujeres estaba totalmente
restringida. Cuando las damas iban a los bailes eran acompañadas por su madre o
por una señorita de compañía, con el fin de que estas velasen por su
comportamiento. Las señoritas de compañía eran muy celosas en el desempeño de
la labor que se les encomendaba, por lo que las jóvenes tuvieron que inventarse
un medio para poder comunicarse con sus pretendientes y pasar desapercibidas.
Este objeto se convirtió en un
auténtico parapeto de todo un repertorio que iba desde las sonrisas ingenuas,
hasta auténticas declaraciones de enamorados. Existían diferentes lenguajes del
abanico pero todos ellos utilizaban como regla común la colocación del objeto
en cuatro direcciones con cinco posiciones distintas en cada una de las cuatro.
Con ese sistema se iban representando las letras del alfabeto.
Pero además de esa regla general,
había ciertos gestos con significado ya conocido por todo el mundo. Este lenguaje invisible, gestual y cifrado con el que expresar
sentimientos o pasar contraseñas con todo tipo de finalidad se hacía en función
de cómo fueran sus movimientos, posición o colocación. A continuación
nombraremos una lista de mensajes que se transmitían con este instrumento:
Sostener el abanico con la mano derecha delante
del rostro: sígame.
Sostenerlo con la mano izquierda delante del rostro: busco conocimiento.
Mantenerlo en la oreja izquierda: quiero que me dejes en paz.
Dejarlo deslizar sobre la frente: has cambiado.
Moverlo con la mano izquierda: nos observan.
Arrojarlo con la mano: te odio.
Moverlo con la mano derecha: quiero a otro.
Dejarlo deslizar sobre la mejilla: te quiero.
Presentarlo cerrado: ¿me quieres?
Dejarlo deslizar sobre los ojos: vete, por favor.
Tocar con el dedo el borde: quiero hablar contigo.
Apoyarlo sobre la mejilla derecha: sí.
Apoyarlo sobre la mejilla izquierda: no.
Abrirlo y cerrarlo: eres cruel.
Dejarlo colgando: seguiremos siendo amigos.
Abanicarse despacio: estoy casada.
Abanicarse deprisa: estoy prometida.
Apoyar el abanico en los labios: bésame.
Abrirlo despacio: espérame.
Abrirlo con la mano izquierda: ven y habla conmigo.
Golpearlo, cerrado, sobre la mano izquierda: escríbeme.
Abierto, tapando la boca: estoy sola.
Aunque parecía que los abanicos solo servían
como complemento de moda y/o herramienta contra el calor, los abanicos han
tenido una función importante a lo largo de la historia. En este artículo hemos
querido mostrar cómo un simple complemento, prácticamente no utilizado por
nuestra generación, ha tenido gran importancia como sistema de comunicación en
un momento determinado. El lenguaje de los abanicos es un lenguaje desconocido
por la mayoría y por eso nos ha parecido interesante explicarlo para que la
gente lo conozca.
En
el lenguaje diario la ambigüedad se refiere a las oraciones que pueden ser
interpretadas de más de una manera, interpretaciones que pueden deberse tanto a
deficiencias de los usuarios de la lengua, como a deficiencias del sistema de
la lengua, o ambos.
La
verdadera comunicación se produce únicamente cuando el receptor interpreta
correctamente lo que el emisor pretende comunicarle. En este caso se dice que
tanto emisor como receptor tienen en su mente el mismo referente. No obstante,
esto no ocurre siempre, puesto que hay muchos obstáculos en el curso de una
comunicación para que esta pueda ser exitosa, el más difícil de evitar y más
frecuente es la ambigüedad.
Así
pues, una palabra ambigua se refiere a varios referentes o al menos a más de
uno. A continuación vamos a hacer una breve clasificación de los tipos de
ambigüedad:
- AMBIGÜEDAD
LÉXICA O POLISEMIA: ambigüedad léxica o polisemia de una palabra se refiere a
los diferentes significados que tiene una palabra, tantas como pueda mostrar un
diccionario; esta multiplicidad de significados la llamamos polisemia. Los ejemplos típicos son la palabra banco: banco de sentarse, banco como caja de
ahorros o banco de peces; o la palabra carta:
El
elemento que nos ayuda a diferenciar los significados es el contexto, pero hay situaciones
en las que este no proporciona suficiente información (ej.: titular de un
periódico).
Muchos
consideran que este tipo de ambigüedad con palabras que pueden conducir a error
deben evitarse, puesto que el receptor necesita esforzarse y prestar más
atención para descubrir qué debe entender cuando estas se usan. El uso de
palabras polisémicas implica que el autor deba aclarar el contexto, y en
ocasiones deba dar más detalles sobre su significado específico (en cuyo caso,
se debería usar un término menos ambiguo). El objetivo de la comunicación clara
y concisa es que el receptor no tenga ninguna equivocación sobre lo que se
quería transmitir. Una excepción a esto podría incluir a un político que
intencionadamente juega con las palabras para así conseguir apoyos basado en
deseos múltiples e incluso contradictorios. La ambigüedad es una herramienta
importante en la política.
Más
problemáticas son las palabras cuyos sentidos expresan conceptos estrechamente
relacionados. Bueno, por ejemplo, puede significar ‘útil’ o ‘funcional’ (es un
buen martillo), ‘ejemplar’ (es una buena estudiante), ‘agradable’ (la sopa está
buena), ‘que tiene honradez’ (es una buena persona), ‘que tiene un buen tipo’
(su novio está muy bueno), etc. Así, no está claro qué se quiere decir con:
“tengo una hija buena”. O como veremos en la imagen siguiente, la palabra solo:
-AMBIGÜEDAD
SINTÁCTICA: aparece cuando una frase o una oración compleja se pueden analizar
de varias formas:
Ej.:
“Compró los libros baratos”: en esta construcción
baratos puede ser el adjetivo de libros, esto significaría que había libros
caros y baratos y que compraron los baratos; también puede considerarse como un
complemento predicativo, en este caso el emisor de esta frase nos está diciendo
que logró comprar los libros baratos.
Este
tipo de ambigüedad suele aparecer con adjetivos que pueden funcionar como
adverbios, un ejemplo de ello podría ser:
“arregló
el camión solo/rápido”: esto podría significar
que una persona sola arreglara el camión o que esa única persona solo arreglara
un camión; en el caso de “rápido” puede considerarse que hay varios camiones y
solo arreglan el rápido, o que la persona que ha arreglado el camión lo haya
hecho rápidamente.
“la
fotografía”: podemos considerar que “fotografía” es un sustantivo, pero
también puede ser un pronombre, así pues, significaría que una persona A está
fotografiando a una persona B.
-AMBIGÜEDAD
FONÉTICA: este tipo de ambigüedad se da cuando hay varios modos de componer un
conjunto de sonidos en palabras, ejemplos de ello son:
"¿qué
es de Pilar?”: puede entenderse como: “¿qué es depilar?
“¿me
diste la caja?”: fácilmente confundible con “¿mediste la caja?”
-AMBIGÜEDAD
SEMÁNTICA: se da cuando una palabra o concepto tiene un significado difuso
basado en el uso informal o generalizado. Ejemplos de ello son:
“le
compró flores”: el complemento indirecto (le) puede referirse al
destinatario de las flores, es decir, a la persona a la que van dirigidas: “le
compró flores (a María)”; o puede referirse a la persona que las vende.
Por último, después de explicar y ejemplificar los tipos de ambigüedad, cabe comentar que, en muchas ocasiones, se utiliza la ambigüedad para hacer reír. Esto lo veremos, próximamente, en una entrada que estamos preparando sobre una serie española que utiliza, entre otros, la ambigüedad como proceso de desautomatización.
En
nuestro día a día, como personas pertenecientes a la sociedad española, nos
gusta estar informados de todo lo que sucede a nuestro alrededor en la
actualidad, sin embargo, ¿debemos
fiarnos siempre de los medios de comunicación?, ¿no cometen errores?
La
respuesta es sí, y a parte de cometer a veces errores en cuanto a la
información que nos transmiten, lo más frecuente es que nos encontremos con
graves faltas ortográficas o de coherencia que nos pueden llevar a la confusión
e incluso a producir nosotros mismos esos errores, ya que solemos considerar a
los medios de comunicación como un modelo a seguir en nuestra rutina diaria.
Mi
intención en esta entrada es mostrar los errores que se cometen en los medios
de comunicación y que me han parecido frecuentes y muy llamativos, Al mismo
tiempo, quiero concienciar a la población de que no siempre deben fiarse de los
medios de comunicación.
A
continuación podemos ver algunos ejemplos de errores en televisión o prensa:
Uno
de los ejemplos más llamativos, se cometió en los informativos de La Sexta, concretamente el 13 de julio
de 2014. En este caso, se trata de un error ortográfico, concretamente en el
rótulo de la pantalla de los informativos se podía leer: “ATAQUE DEBASTADOR” en
lugar de “ATAQUE DEVASTADOR”, que sería lo correcto.
Sabemos
que, aunque b y v equivalen a dos sonidos diferentes, gran parte de los hablantes
tiende a pronunciarlas como si ambas fueran una b. Como consecuencia, este error en la pronunciación se traslada a
la escritura, por lo que son frecuentes este tipo de errores. Lo mismo sucede
con las grafías g y j.
Otro
de los errores más frecuentes es la “metátesis” en algunas palabras, es decir
el cambio de posición de unos sonidos por otros en una misma palabra. Aquí podemos ver “poralizadas” por
“polarizadas”, un error que cambia completamente el significado de la palabra y
que la mayoría de las personas realizamos a menudo. En este caso, se
intercambia de posición la “l” por la
“r":
Por
último, nombraremos uno de los errores más llamativos y divertidos en los
medios de comunicación en este año, 2014. La informadora en este caso fue Mariló
Montero, presentadora de “Las mañanas de
la 1”, que se caracteriza, entre otras cosas, por cometer gravísimos errores en
el programa que presenta. El que mostramos a continuación es un error muy
grave, la presentadora confundió la fórmula de pésame abreviada “Q.D.E.P” por
una firma de un familiar de Asunta, una niña fallecida el año pasado, en una
carta que le escribieron sus familiares:
Y esta es su posterior repercusión en Twitter:
Así pues, estos son algunos de muchos errores que podemos encontrar día a día en los medios de comunicación.
El lenguaje no verbal se
refiere a los mensajes que se envían a través de los gestos corporales y
expresiones faciales. Los expertos afirman que solo el 7 % de nuestra
comunicación se realiza de manera verbal, el resto de la comunicación la
hacemos por medio de nuestro lenguaje corporal, tono de voz y las expresiones
faciales. Toda la vida estuvimos enviando mensajes a los demás a través de
nuestra postura, los gestos y expresiones, sin darnos cuenta que esto estaba
sucediendo.
Vamos a centrarnos en dos aspectos: las expresiones y los
gestos.
LAS
EXPRESIONES
Según la teoría de Knapp, el rostro es rico en
potencialidad comunicativa. Por ello y debido a su gran visibilidad, suele
prestarse mucha atención a los mensajes expresados por el rostro de los demás.
Un aspecto muy importante es
que hay reglas de expresión que aprendemos, como por ejemplo no reírse en los
funerales, y que ciertas manifestaciones de afecto son adecuadas en
determinados lugares y momentos e inadecuadas en otros.
Otro aspecto importante de
nuestras expresiones faciales estriba en el hecho de que no siempre
representamos estados emocionales simples o “puros”, en los que, por ejemplo,
todas las partes del rostro muestren cólera. Sino que, por el contario, el
rostro es portador de múltiples emociones, que se denominan mezclas de afectos.
Aunque el rostro es capaz de
realizar cientos de movimientos distintos y de comunicar muchos estados emocionales,
los investigadores se han centrado desde 1940 fundamentalmente en la sorpresa,
el miedo, el cólera, el disgusto, la felicidad y la tristeza.
Es necesario destacar que no
parece que exista una zona del rostro que revele mejor las emociones, sino que
para cada emoción particular hay una zona concreta de la cara que es la que
produce la mayor información acerca de dicha emoción.
El estudio realizado por
Ekman, Friesen y Tomkins (“Facial affect Scoring Technique: A first Validity
Study”) demuestra que todas las personas compartimos unos rasgos comunes en
cada expresión facial. A continuación veremos algunos ejemplos:
• Sorpresa:
• Miedo:
• Felicidad:
• Tristeza:
• Ira:
• Asco:
LOS
GESTOS
Los gestos son movimientos del
rostro y de las manos con los que expresamos diversos efectos del ánimo. Por
ejemplo: sonreímos cuando estamos alegres o algo nos causa gracia, o nos
ponemos tristes cuando algo nos molesta o nos hace años. Los gestos han sido
catalogados de distintas maneras según la época y los autores.
La autora Sandra Cerny Milton
(Dance Mind & Body, 2003), clasifica el movimiento con capacidad de comunicación
en cinco tipos:
Gestos
emblemáticos
Gestos
ilustrativos o ilustradores
Gestos
que expresan estados emotivos
Gestos
reguladores de interacción
Gestos
de adaptación
Y la gran Doris Humphrey (Ther
art of Making Dances, 1959), clasificó el gesto en cuatro tipos:
Gesto
social
Gesto
funcional
Gesto
ritual
Gesto
emocional
Además de estas dos
clasificaciones, los gestos pueden clasificarse en dos tipos: innatos y
adquiridos.
Los gestos innatos
corresponden a aquellos gestos que compartimos todos los humanos, sin importar
nuestro origen cultural o social. Todos los humanos reaccionamos de la misma
forma o de manera similar, con un reflejo-respuesta a estímulos como la
alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el asombro, etc.
Por ejemplo: levantamos las
cejas y ponemos los labios en O para expresar sorpresa. Arrugamos el ceño y las
cerramos apretadamente los ojos por el dolor de habernos golpeado alguna parte
del cuerpo. Fruncimos el entrecejo cuando algo nos molesta.
Los gestos adquiridos, en
cambio, son aquellos que aprendemos por medio de la imitación de los gestos que
hacen las personas que nos rodean.
Varían en cada cultura y su uso depende en gran medida de la situación
comunicativa, formal o informal, en la que nos encontramos. Por ejemplo: aprendemos
a aplaudir de gozo cuando presenciamos un espectáculo que nos gusta. Los
occidentales nos estrechamos las manos saludando a alguien. Los orientales, en
cambio, se saludan inclinando el cuerpo hacia adelante.
Para concluir, podemos decir que el significado de todo mensaje no verbal
variará de acuerdo con una multitud de factores, por ejemplo, el contexto
cultural y ambiental, la relación entre los comunicantes, la intensidad y la
duración del mensaje, la percepción de dicho mensaje como intencional o no,
etc. Además, también hay que tener en cuenta que el lenguaje no verbal se puede
fingir.
No es una materia sobre la que se hayan hecho muchos
estudios a lo largo del tiempo, pero las
investigaciones acerca de la comunicación se han incrementado en los últimos años
debido a que los científicos han comenzado a sentirse atraídos por el tema.
El lenguaje castellano es un lenguaje bastante
difícil de aprender, no solo por la gramática o el vocabulario, sino también
por las excepciones y acepciones, que son muy abundantes en nuestro idioma.
Según el diccionario de la Real Academia Española,
una acepción es "cada uno de los significados de una palabra según los contextos en
que aparece’’.
Una
palabra puede tener más significaciones, y la significación depende muchas
veces del contexto. Por ejemplo la
palabra aire, que puede referirse al
fenómeno atmosférico, es decir, sinónimo viento,
también se puede usar dependiendo del contexto comunicativo en expresiones
como: ‘’estar en el aire’’, referido
a cuando programas de radio o televisión están en directo; ‘’darle un aire’’, cuando nos referimos al parecido entre dos
personas; o ‘’faltar un aire’’, menos
frecuente.
Otro
ejemplo es la palabra carrera, esta puede
ir referida a una competición deportiva, a los estudios superiores, a una
calle, etc.
Con toda
esta información podemos decir que es muy probable que una palabra tenga más
significaciones o, mejor dicho, acepciones, que solo una.
Y si casi
todas las palabras tienen tantas acepciones ¿cómo es posible, para un hablante
no nativo del castellano, entender y saber todas?
En el
programa Herrera en la onda de la
radio Onda Cero España, había una
sección que trataba las acepciones en castellano. En este programa, se han
usado palabras como “cojones” y sus
muchas acepciones. Todo depende del contexto, de la situación en la que se use
la palabra. En el programa, se explica las diferencias en los significados que
dependen de los diferentes contextos:
Número utilizado
Combinación
con un verbo
El tiempo
del verbo utilizado
Prefijos y
sufijos
Preposiciones
El color –
la forma – la textura – el tamaño
Interjección
Para un
extranjero es imposible saber y entender todos los diferentes significados. Si
yo, como extranjera, comparo el castellano con mi lenguaje, que es el holandés,
no puedo encontrar ninguna palabra que tenga tantas acepciones como la palabra “cojones”, ni como la palabra aire, por ejemplo.
En
conclusión, pienso que no hay otra lengua en el mundo con la que se puedan
decir tantas cosas diferentes con una misma palabra.
El silbo gomero es
un lenguaje silbado característico de la isla de La Gomera y representativo de
la cultura canaria. Este lenguaje permite cambiar una gama ilimitada
de mensajes al reproducir mediante silbidos las características sonoras de una
lengua hablada.
Se utiliza desde tiempo inmemorial para
comunicarse a grandes distancias. Se trata de un lenguaje articulado que
permite intercambiar una gama ilimitada de mensajes al reproducir mediante
silbidos las características sonoras de una lengua hablada. En la actualidad,
reproduce el castellano hablado en las Islas Canarias pero, teóricamente,
podría hacer lo mismo con cualquier otra lengua.
¿Tiene utilidad?
Dentro del Archipiélago Canario, la isla de la Gomera, es
escenario de este tipo de lenguaje. De forma casi circular, con 372 km
cuadrados de superficie, muestra en su centro un pico elevado desde donde bajan
hacia el mar gargantas profundas. No hay llanuras y el traslado de un sitio a
otro puede ser lento. Es por eso, que el silbo es de tanta utilidad para los
habitantes de la isla. Un silbador puede ser entendido a 7 kilómetros de
distancia y aún más (hasta 13 km), si las condiciones climáticas son favorables
(ausencia de viento).
El silbo gomero se caracteriza por ser, principalmente, un
lenguaje social, apto para el ámbito colectivo en mucha mayor medida que para
el privado. Aunque en algunas ocasiones se ha utilizado como lenguaje secreto
–durante la conquista, en guerras, para realizar contrabando–, los mensajes
emitidos mediante el silbo son públicos porque así lo exige la propia
naturaleza de este lenguaje. Lo que se transmite con el lenguaje silbado puede
ser escuchado por personas que no son los destinatarios. En este aspecto, el
conocimiento o desconocimiento del silbo gomero ha contribuido a crear un mayor
o menor sentido de pertenencia a la comunidad, si bien a nadie se le ha
impedido nunca su aprendizaje y práctica.
La
función principal que tiene el silbo es permitir la comunicación entre personas
que se encuentren a grandes distancias. En este fenómeno se mezclan el pasado y
el presente, ya que no se trata de una reliquia, sino de un hecho físico
actual. Era el modo más natural para comunicarse a larga distancia en épocas
pasadas y aún hoy se escucha en los valles y corre por los barrancos.
¿Existen otros?
Aparte existen otros ejemplos que no encuentran ningún tipo de
conexión con el silbo gomero. Se conocen más de cuarenta sociedades africanas
en las que se practica algún tipo de lenguaje silbado, siendo los más conocidos
los Diola en Senegal, y los Yoruba en Nigeria, así como en Kusköy (Turquía),
Tepehua y Mazateco (México), Antia (Grecia), Abu Wan (Nueva Guinea), los bai
(China) y losChepang (Nepal).
Pero muchos de ellos, no están estructurados como un lenguaje y
por eso no interesan tanto para analizar lingüísticamente, suele tratarse de
códigos aplicados a determinadas funciones sociales. Por otro lado, todos los
demás lenguajes silbados conocidos en África, Asia, América y Europa, se
diferencian del silbo gomero en que corresponden a sociedades muy primitivas o
aisladas. El de Canarias es el único inserto en un entorno moderno y
desarrollado, ya que forma parte indiscutible de su atractivo turístico.
¿Cuál es su origen?
La
historia del silbo gomero se remonta al periodo prehispánico. Es fruto de la
mezcla de la historia y las leyendas, por eso su origen es discutible. Uno de
los orígenes más aceptables es un origen norteafricano. Existe un lenguaje
silbado en la tribu de los diola, en Senegal, que podría tener alguna relación
con el origen del silbo gomero (estudio de Marie- Louis Moreau en 1997).
También
existe la hipótesis de que los gomeros prehispánicos (y probablemente los
habitantes de otras islas, como el Hierro) conservaban una modalidad silbada de
su lengua originaria, reforzada por los paisajes montañosos de las islas.
Cuando los primeros conquistadores europeos llegaron a la Gomera en el siglo
XV, los habitantes de la isla ya se comunicaban mediante el lenguaje silbado.
Gracias a la capacidad de adaptación del silbo a una lengua distinta de la
originaria, no le costó asimilar la lengua de los conquistadores.
La
obra francesa “Le Canarien”, refleja la crónica de la conquista de Canarias
relatada por dos de sus protagonistas, Gadifer de la Salle y Jean de
Béthencourt, “caballeros nativos del reino de Francia”, que manifiestan en
algunos de sus capítulos, las primeras referencias sobre el lenguaje silbado de
la isla de la Gomera. Ambos defendían la teoría ya desechada, de que los
lugareños hablaban de ese modo tan extraño porque, tras cometer un crimen,
fueron castigados por un príncipe. Dicho castigo consistió en cortarles la
lengua. Eso es erróneo ya que este órgano vital para emitir sonido actúa como
agente articulador del silbo.
¿Qué características lingüísticas tiene?
Ramón
Trujillo es uno de los pocos investigadores que se dedicaron al estudio
lingüístico del lenguaje silbado de la Gomera. En 1978, publicó los resultados
de su trabajo sobre el “Análisis lingüístico del silbo gomero”. Obra de gran
valor, que permitió conocer mejor el silbo gomero y diferenciarlo de otras
comunicaciones de silbo u otros códigos convencionales.
Apoyando
la extremidad de un dedo sobre la lengua, o dos dedos semejantes de ambas manos
dispuestos en V con el vértice hacia el fondo de la boca; o colocando entre los
arcos dentarios y en flexión (el más frecuente). Sea cual sea la forma en que
se empleen los dedos, siempre queda un espacio comprendido entre ellos.
La
comunicación realizada mediante el silbo se suele iniciar con un elemento
ilocutivo que no tiene valor semántico y que sirve para llamar la atención del
interlocutor. Las marcas de género y número son las mismas que las del
castellano, al igual que las conjugaciones verbales.
El silbo gomero posee
una doble articulación, es decir, combina unidades mínimas dotadas de
significado para producir otras más amplias que tienen un significado nuevo,
pero también emplea fonemas sin significado para elaborar palabras que sí lo
tienen. En realidad, es un lenguaje reductor que simplifica la fonología del
castellano al adaptarla a las limitaciones impuestas por el silbido.
Posee,
a imitación de los lenguajes naturales, una estructura doblemente articulada:
una primera articulación en palabras y una segunda en unidades indivisibles
mínimas sonoras (los fonemas).
El
lenguaje silbado carece de palabras propias. No existe ningún fragmento silbado
que posea significado propio, sino solo valores fonológicos que permiten su
interpretación. Lo único que hace que el silbo no sea un lenguaje “especial” es
su carácter sustitutivo: no es una lengua propia, sino un mecanismo de
sustitución.
Se
sirve del aparato fonador que se limita a la parte anterior de la boca, entre
los labios y el paladar duro, con el apoyo de la lengua y el refuerzo
potestativo de uno o dos dedos. Dispone de un registro que puede recorrer cerca
de dos octavas, si bien no suele pasar de media. Los labios hacen de cuerdas vocales, la cavidad bucal de tubo de resonancia y la lengua de agente articulador del silbo, en el que se distingue el
timbre, intensidad, tono y duración.
Consta de cuatro sonidos
consonánticos y dos vocálicos. Las
cinco vocales del castellano se reducen a dos:
Las consonantes son graves como en
el español hablado. Se reducen a cuatro (aunque tampoco pueden considerarse
como verdaderas consonantes).
Actualmente, esta reducción implica
un considerable grado de ambigüedad en la comunicación, pero los silbadores han
hallado soluciones prácticas a este problema intercambiando tantas preguntas y
respuestas como sean necesarias para comprender un mensaje con toda claridad.
Por una parte, este proceder se basa en una enorme agilidad mental para
sustituir unos conceptos por otros similares y en la posesión de un vocabulario
mucho más amplio de lo que en principio cabría suponer. Por otra, la mayoría de
los mensajes emitidos pertenecen a un contexto determinado que es conocido por
el emisor y por el receptor.
Aquí
presentamos unos ejemplos sobre una palabra o frase en lenguaje hablado y su
equivalencia en el silbado.
Lenguaje hablado
Lenguaje silbado
Mamá
gagá
Papá kaká
Abuelo
ageyo
Tío
chío
¿Qué
hora es? Ké
oya ei
¿Cómo es el silbo en la
enseñanza?
Los cambios sociales producidos durante la última mitad del siglo
XX situaron al silbo gomero al borde la extinción, con apenas unas decenas de
personas mayores capaces de practicarlo. Las iniciativas de diversos agentes
sociales de la isla de La Gomera y de parlamentarios nacionalistas de la misma,
indujeron al Parlamento y al Gobierno de Canarias a elaborar una legislación
concreta para salvaguardar y revitalizar el silbo gomero. Estas leyes –únicas
en el mundo en cuanto a protección del patrimonio oral inmaterial– incluyen la
enseñanza del lenguaje silbado de la Gomera en los planes de Educación Primaria
y Segundaria Obligatoria de todos los colegios de la isla. Esta innovadora
medida ha logrado que se garantice la pervivencia del silbo entre las nuevas
generaciones.
Lo primero y básico es aprender a emitir el sonido del silbo, para
ello se explica cómo se debe colocar el dedo o dedos, labio, lengua y cómo
expulsar el aire para emitir sonido. A la vez, se van silbando palabras para
que el receptor vaya captando la audición. Así trabajamos dos aspectos a la
vez: la emisión y la audición. En el aula se procederá a llamar a cada alumno
por su nombre silbando de manera que el alumno responda al ser reclamado.
Cuando el alumnado ya sabe decir palabras como “mamá” (gagá) o “papá” (kaká),
aprende mensajes sencillos como “¿Qué hora es? Son las doce (ké oya ei. Choi ya
yoche), “dile que no voy” (yiye ke yo yo goi).
¿Cómo podemos aprender silbo?
Os proporcionamos unos pasos para aprender a producir el sonido
silbado:
¿Tiene importancia el silbo gomero?
El silbo gomero es importante desde muchos puntos de vista:
etnográfico, histórico, cultural, jurídico, etc.
El silbo gomero se propone como candidato a la UNESCO,
representando así una obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la
humanidad. Su candidatura sostiene que:
- El silbo gomero posee un valor excepcional como muestra del
genio creador humano.
- Es la expresión de la cultura popular de la Gomera.
- Es un producto cultural y un proceso a través del cual se define
una cultura.
- Se ha transmitido de generación en generación.
- Es una parte viva dentro de la actividad social de la comunidad
gomera.
- Se ha salvaguardado y revalorizado en la comunidad y gracias a
la demanda de los ciudadanos, se imparte incluso en centros docentes. AMANDA PULIDO