En
el lenguaje diario la ambigüedad se refiere a las oraciones que pueden ser
interpretadas de más de una manera, interpretaciones que pueden deberse tanto a
deficiencias de los usuarios de la lengua, como a deficiencias del sistema de
la lengua, o ambos.
La
verdadera comunicación se produce únicamente cuando el receptor interpreta
correctamente lo que el emisor pretende comunicarle. En este caso se dice que
tanto emisor como receptor tienen en su mente el mismo referente. No obstante,
esto no ocurre siempre, puesto que hay muchos obstáculos en el curso de una
comunicación para que esta pueda ser exitosa, el más difícil de evitar y más
frecuente es la ambigüedad.
Así
pues, una palabra ambigua se refiere a varios referentes o al menos a más de
uno. A continuación vamos a hacer una breve clasificación de los tipos de
ambigüedad:
- AMBIGÜEDAD
LÉXICA O POLISEMIA: ambigüedad léxica o polisemia de una palabra se refiere a
los diferentes significados que tiene una palabra, tantas como pueda mostrar un
diccionario; esta multiplicidad de significados la llamamos polisemia. Los ejemplos típicos son la palabra banco: banco de sentarse, banco como caja de
ahorros o banco de peces; o la palabra carta:
El
elemento que nos ayuda a diferenciar los significados es el contexto, pero hay situaciones
en las que este no proporciona suficiente información (ej.: titular de un
periódico).
Muchos
consideran que este tipo de ambigüedad con palabras que pueden conducir a error
deben evitarse, puesto que el receptor necesita esforzarse y prestar más
atención para descubrir qué debe entender cuando estas se usan. El uso de
palabras polisémicas implica que el autor deba aclarar el contexto, y en
ocasiones deba dar más detalles sobre su significado específico (en cuyo caso,
se debería usar un término menos ambiguo). El objetivo de la comunicación clara
y concisa es que el receptor no tenga ninguna equivocación sobre lo que se
quería transmitir. Una excepción a esto podría incluir a un político que
intencionadamente juega con las palabras para así conseguir apoyos basado en
deseos múltiples e incluso contradictorios. La ambigüedad es una herramienta
importante en la política.
Más
problemáticas son las palabras cuyos sentidos expresan conceptos estrechamente
relacionados. Bueno, por ejemplo, puede significar ‘útil’ o ‘funcional’ (es un
buen martillo), ‘ejemplar’ (es una buena estudiante), ‘agradable’ (la sopa está
buena), ‘que tiene honradez’ (es una buena persona), ‘que tiene un buen tipo’
(su novio está muy bueno), etc. Así, no está claro qué se quiere decir con:
“tengo una hija buena”. O como veremos en la imagen siguiente, la palabra solo:
-AMBIGÜEDAD
SINTÁCTICA: aparece cuando una frase o una oración compleja se pueden analizar
de varias formas:
Ej.:
“Compró los libros baratos”: en esta construcción
baratos puede ser el adjetivo de libros, esto significaría que había libros
caros y baratos y que compraron los baratos; también puede considerarse como un
complemento predicativo, en este caso el emisor de esta frase nos está diciendo
que logró comprar los libros baratos.
Este
tipo de ambigüedad suele aparecer con adjetivos que pueden funcionar como
adverbios, un ejemplo de ello podría ser:
“arregló
el camión solo/rápido”: esto podría significar
que una persona sola arreglara el camión o que esa única persona solo arreglara
un camión; en el caso de “rápido” puede considerarse que hay varios camiones y
solo arreglan el rápido, o que la persona que ha arreglado el camión lo haya
hecho rápidamente.
“la
fotografía”: podemos considerar que “fotografía” es un sustantivo, pero
también puede ser un pronombre, así pues, significaría que una persona A está
fotografiando a una persona B.
-AMBIGÜEDAD
FONÉTICA: este tipo de ambigüedad se da cuando hay varios modos de componer un
conjunto de sonidos en palabras, ejemplos de ello son:
"¿qué
es de Pilar?”: puede entenderse como: “¿qué es depilar?
“¿me
diste la caja?”: fácilmente confundible con “¿mediste la caja?”
-AMBIGÜEDAD
SEMÁNTICA: se da cuando una palabra o concepto tiene un significado difuso
basado en el uso informal o generalizado. Ejemplos de ello son:
“le
compró flores”: el complemento indirecto (le) puede referirse al
destinatario de las flores, es decir, a la persona a la que van dirigidas: “le
compró flores (a María)”; o puede referirse a la persona que las vende.
Por último, después de explicar y ejemplificar los tipos de ambigüedad, cabe comentar que, en muchas ocasiones, se utiliza la ambigüedad para hacer reír. Esto lo veremos, próximamente, en una entrada que estamos preparando sobre una serie española que utiliza, entre otros, la ambigüedad como proceso de desautomatización.
ALBA NEGRE
no me gusta la imagen
ResponderEliminarmuy bien :)
ResponderEliminarEstá mal
ResponderEliminarEstá mal
ResponderEliminar