miércoles, 12 de noviembre de 2014

NUESTRA CARA TAMBIÉN HABLA

El lenguaje no verbal se refiere a los mensajes que se envían a través de los gestos corporales y expresiones faciales. Los expertos afirman que solo el 7 % de nuestra comunicación se realiza de manera verbal, el resto de la comunicación la hacemos por medio de nuestro lenguaje corporal, tono de voz y las expresiones faciales. Toda la vida estuvimos enviando mensajes a los demás a través de nuestra postura, los gestos y expresiones, sin darnos cuenta que esto estaba sucediendo.

Vamos a centrarnos  en dos aspectos: las expresiones y los gestos.

LAS EXPRESIONES
Según la teoría de Knapp, el rostro es rico en potencialidad comunicativa. Por ello y debido a su gran visibilidad, suele prestarse mucha atención a los mensajes expresados por el rostro de los demás.

Un aspecto muy importante es que hay reglas de expresión que aprendemos, como por ejemplo no reírse en los funerales, y que ciertas manifestaciones de afecto son adecuadas en determinados lugares y momentos e inadecuadas en otros.

Otro aspecto importante de nuestras expresiones faciales estriba en el hecho de que no siempre representamos estados emocionales simples o “puros”, en los que, por ejemplo, todas las partes del rostro muestren cólera. Sino que, por el contario, el rostro es portador de múltiples emociones, que se denominan mezclas de afectos.   

Aunque el rostro es capaz de realizar cientos de movimientos distintos y de comunicar muchos estados emocionales, los investigadores se han centrado desde 1940 fundamentalmente en la sorpresa, el miedo, el cólera, el disgusto, la felicidad y la tristeza.

Es necesario destacar que no parece que exista una zona del rostro que revele mejor las emociones, sino que para cada emoción particular hay una zona concreta de la cara que es la que produce la mayor información acerca de dicha emoción.

El estudio realizado por Ekman, Friesen y Tomkins (“Facial affect Scoring Technique: A first Validity Study”) demuestra que todas las personas compartimos unos rasgos comunes en cada expresión facial. A continuación veremos algunos ejemplos:
Sorpresa:

Miedo:

Felicidad:

Tristeza:

Ira:
Asco:


LOS GESTOS
Los gestos son movimientos del rostro y de las manos con los que expresamos diversos efectos del ánimo. Por ejemplo: sonreímos cuando estamos alegres o algo nos causa gracia, o nos ponemos tristes cuando algo nos molesta o nos hace años. Los gestos han sido catalogados de distintas maneras según la época y los autores.

La autora Sandra Cerny Milton (Dance Mind & Body, 2003), clasifica el movimiento con capacidad de comunicación en cinco tipos:
  • Gestos emblemáticos
  • Gestos ilustrativos o ilustradores
  • Gestos que expresan estados emotivos
  • Gestos reguladores de interacción
  • Gestos de adaptación

Y la gran Doris Humphrey (Ther art of Making Dances, 1959), clasificó el gesto en cuatro tipos:
  • Gesto social
  • Gesto funcional
  • Gesto ritual
  • Gesto emocional

Además de estas dos clasificaciones, los gestos pueden clasificarse en dos tipos: innatos y adquiridos.

Los gestos innatos corresponden a aquellos gestos que compartimos todos los humanos, sin importar nuestro origen cultural o social. Todos los humanos reaccionamos de la misma forma o de manera similar, con un reflejo-respuesta a estímulos como la alegría, la tristeza, el miedo, la ira, el asombro, etc.
Por ejemplo: levantamos las cejas y ponemos los labios en O para expresar sorpresa. Arrugamos el ceño y las cerramos apretadamente los ojos por el dolor de habernos golpeado alguna parte del cuerpo. Fruncimos el entrecejo cuando algo nos molesta.

Los gestos adquiridos, en cambio, son aquellos que aprendemos por medio de la imitación de los gestos que hacen las personas que nos rodean.  Varían en cada cultura y su uso depende en gran medida de la situación comunicativa, formal o informal, en la que nos encontramos. Por ejemplo: aprendemos a aplaudir de gozo cuando presenciamos un espectáculo que nos gusta. Los occidentales nos estrechamos las manos saludando a alguien. Los orientales, en cambio, se saludan inclinando el cuerpo hacia adelante.

Para concluir, podemos decir que el significado de todo mensaje no verbal variará de acuerdo con una multitud de factores, por ejemplo, el contexto cultural y ambiental, la relación entre los comunicantes, la intensidad y la duración del mensaje, la percepción de dicho mensaje como intencional o no, etc. Además, también hay que tener en cuenta que el lenguaje no verbal se puede fingir. 
No es una materia sobre la que se hayan hecho muchos estudios a lo largo del tiempo, pero las investigaciones acerca de la comunicación se han incrementado en los últimos años debido a que los científicos han comenzado a sentirse atraídos por el tema.


MARÍA ROSELLÓ

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